viernes, 12 de marzo de 2010

¿Has visto ese vídeo?


Si me pasas un vídeo, seguramente me entretenga a mirarlo. Si el vídeo me gusta, es muy posible que se lo pase a alguno de mis amigos. Y si se lo paso y lo ven y les gusta, no es difícil que el vídeo se extienda también por su red de contactos que lo intercambie, lo vea y lo comente. Si tras el vídeo hay una marca, bienvenidos al marketing viral.

Si hay algo que caracteriza la red hoy en día, eso es la proliferación de la web 2.0 y las redes sociales. Estas se plantean como escenarios prefectos para el lanzamiento y propagación de una campaña de marketing viral. Este procedimiento ha nacido para interactuar con los usuarios y encuentra en ellos el punto básico para su desarrollo y efectividad. Se trata de generar mensajes publicitarios que resulten atractivos para el target y sean fácilmente transportables: un vídeo, una imagen, una animación…. Tras recibir el impacto, el usuario desarrolla una simpatía hacia el mensaje que hace que quiera compartirlo y, de esta manera, el propio mensaje y su contenido se esparcen e impactan cada vez a más público.

El objetivo en la elaboración de la campaña es que quien vea el anuncio, en el formato que sea, quiera hablar de él y generar. Precisamente por esto no cualquier mensaje resulta apto para una campaña de marketing viral. Se buscan valores universales que identifiquen al público con lo que están viendo, vises humorísticos, elementos curiosos o poco claros o personajes populares de tal manera que todos los receptores puedan descodificarlo correctamente y comentarlo. Así, va corriendo y con él la marca o el producto, y no lo hace de manos directas del anunciante, lo que podría provocar desconfianza, sino que viene de un amigo, de un conocido, de alguien que se encuentra en nuestras redes sociales, está colgado en un blog que solemos visitar…

Sin embargo, ¿qué pasa cuándo algo sale mal? Si la marca, el producto o la campaña no convencen, ¿qué ocurre con el marketing viral? La finalidad principal de este tipo de marketing es maximizar los impactos al target y atraer clientes/usuarios/compradores, pero si algo en el mensaje no va bien, este aspecto “viral” que lo caracteriza funcionará incluso más rápida y efectivamente. El marketing viral es un arma de doble filo que puede también hundir la imagen de una marca. Una vez lanzado, es poco controlable y difícil de frenar y seguirá extendiéndose aunque esto no favorezca al anunciante. Por otro lado, al implicar en su funcionamiento a los usuarios, se presta también a la aparición de variantes en su forma que pueden operar en el sentido contrario en el que había sido concebida la campaña inicial.

Por todo ello, y a pesar de lo seductoras que puedan ser las bondades de este tipo de publicidad, cabe sopesar también sus puntos negativos y, sobre todo, estudiar muy bien la campaña antes de lanzarla, porque una vez en la calle, una vez en la red, será imparable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario