Tenemos un teléfono móvil, un iphone, un ipod touch o una blackberry. Estamos conectados, hemos generado una nueva vía de comunicación con el mundo y también, sin saberlo, con el marketing y la publicidad. Directamente mediante anuncios que llegan a nuestra terminal en forma de mensajes, a través de la actividad del bluetooh o mismamente por inserción en las propias páginas web que podríamos visitar desde cualquier ordenador, el universo publicitario se ha colado en nuestro bolsillo. Aparecen nuevas vías para una promoción que alcanza directamente a su destinatario y que le llega sin rodeos a un elemento familiar e imprescindible como el teléfono móvil.
La cuestión se plantea precisamente en el futuro de los pequeños electrodomésticos dedicados a la comunicación y en las fronteras de la conexión que comienzan a desdibujarse. En la playa, en la oficina, mientras salgo a correr, el mensaje publicitario puede alcanzarme en cualquier momento y el cualquier lugar, también aquí y ahora, y convertirme cuando quiera en su público.
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